lunes, 30 de junio de 2014

Tendedero

               Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
                                              Rubén Darío
La niña de Guatemala
[Poema: Texto completo.]
José Martí
Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.

...Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.

...Ella, por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.

Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!

...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!


tendedero

Cafetín Literario
Empleados de Comercio. Corrientes 450 1º piso
Miércoles desde las 14hs. Gratis e inclusivo.

"Cantares" de Antonio Machado

Cantares...

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...



domingo, 15 de junio de 2014

Palabras


Deslumbrante: des- lumbre- nte. (luz). Sinónimo de ofuscar.

Demasiada luz. Brilla tanto que enceguece. Que no se puede ver.

Pasó a usarse como fascinante, actualmente también como encandilar.

Referido a personas por su brillo o fama.





Fatalidad:

Fatales. Hado, destino, lo inevitable.

Como hasta el siglo XIX se utilizó para términos relacionados con enfermedades, adquirió un matiz negativo, en el sentido de desventura, desdicha.





Federico Vega- Susana Rozas

miércoles, 11 de junio de 2014

Cita de estaciones de Ana María Muratorio

Cita de estaciones

Caen gotas en hojas amarillas
Y el viento, con dulzura
Con astucia, el otoño
Deshoja el corazón
Del verano radiante
Entre las hojas verdes.

En la reunión del final y del comienzo

¿Quién verá en esa cita
De colores y veranos
La caída del sol
La ansiada decoloración

Para observar después su resplandor ocre…con qué palabra?

Marrón madera
En que la luz derrama
Con destellos dorados
La limpia y clara destrucción.

El olor florar
Denso como un abrazo
En la casa plagada de amor,
Roza el pato horneado
Y los duros panes
Muertos en el fogón.

El que ve en las mañanas
De mayo atacar
Al otoño


Tiembla y descansa.

                                                                Ana María Muratorio
(Por un poema de Juan José Saer).

martes, 10 de junio de 2014

Lejana, de Julio Cortázar.

Lejana
Diario de Alina Reyes

12 de enero

Anoche fue otra vez, yo tan cansada de pulseras y farándulas, de pink champagne y la cara de Renato Viñes, oh esa cara de foca balbuceante, de retrato de Dorian Gray a lo último. Me acosté con gusto a bombón de menta, al Boogie del Banco Rojo, a mamá bostezada y cenicienta (como queda ella a la vuelta de las fiestas, cenicienta y durmiéndose, pescado enormísimo y tan no ella.)

Nora que dice dormirse con luz, con bulla, entre las urgidas crónicas de su hermana a medio desvestir. Qué felices son, yo apago las luces y las manos, me desnudo a gritos de lo diurno y moviente, quiero dormir y soy una horrible campana resonando, una ola, la cadena que Rex arrastra toda la noche contra los ligustros. Now I lay me down to sleep... Tengo que repetir versos, o el sistema de buscar palabras con a, después con a y e, con las cinco vocales, con cuatro. Con dos y una consonante (ala, ola), con tres consonantes y una vocal (tras, gris) y otra vez versos, la luna bajó a la fragua con su polisón de nardos, el niño la mira mira, el niño la está mirando. Con tres y tres alternadas, cábala, laguna, animal; Ulises, ráfaga, reposo.

Así paso horas: de cuatro, de tres y dos, y más tarde palíndromos. Los fáciles, salta Lenin el Atlas; amigo, no gima; los más difíciles y hermosos, átate, demoníaco Caín o me delata; Anás usó tu auto Susana. O los preciosos anagramas: Salvador Dalí, Ávida Dollars; Alina Reyes, es la reina y... Tan hermoso, éste, porque abre un camino, porque no concluye. Porque la reina y...

No, horrible. Horrible porque abre camino a esta que no es la reina, y que otra vez odio de noche. A esa que es Alina Reyes pero no la reina del anagrama; que será cualquier cosa, mendiga en Budapest, pupila de mala casa en Jujuy o sirvienta en Quetzaltenango, cualquier lado lejos y no reina. Pero sí Alina Reyes y por eso anoche fue otra vez, sentirla y el odio.

20 de enero

A veces sé que tiene frío, que sufre, que le pegan. Puedo solamente odiarla tanto, aborrecer las manos que la tiran al suelo y también a ella, a ella todavía más porque le pegan, porque soy yo y le pegan. Ah, no me desespera tanto cuando estoy durmiendo o corto un vestido o son las horas de recibo de mamá y yo sirvo el té a la señora de Regules o al chico de los Rivas. Entonces me importa menos, es un poco cosa personal, yo conmigo; la siento más dueña de su infortunio, lejos y sola pero dueña. Que sufra, que se hiele; yo aguanto desde aquí, y creo que entonces la ayudo un poco. Como hacer vendas para un soldado que todavía no ha sido herido y sentir eso de grato, que se le está aliviando desde antes, previsoramente.

Que sufra. Le doy un beso a la señora de Regules, el té al chico de los Rivas, y me reservo para resistir por dentro. Me digo: «Ahora estoy cruzando un puente helado, ahora la nieve me entra por los zapatos rotos». No es que sienta nada. Sé solamente que es así, que en algún lado cruzo un puente en el instante mismo (pero no sé si es el instante mismo) en que el chico de los Rivas me acepta el té y pone su mejor cara de tarado. Y aguanto bien porque estoy sola entre esas gentes sin sentido, y no me desespera tanto. Nora se quedó anoche como tonta, dijo: «¿Pero qué te pasa?». Le pasaba a aquella, a mí tan lejos. Algo horrible debió pasarle, le pegaban o se sentía enferma y justamente cuando Nora iba a cantar a Fauré y yo en el piano, mirándolo tan feliz a Luís María acodado en la cola que le hacía como un marco, él mirándome contento con cara de perrito, esperando oír los arpegios, los dos tan cerca y tan queriéndonos. Así es peor, cuando conozco algo nuevo sobre ella y justo estoy bailando con Luis María, besándolo o solamente cerca de Luis María. Porque a mí, a la lejana, no la quieren. Es la parte que no quieren y cómo no me va a desgarrar por dentro sentir que me pegan o la nieve me entra por los zapatos cuando Luis María baila conmigo y su mano en la cintura me va subiendo como un calor a mediodía, un sabor a naranjas fuertes o tacuaras chicoteadas, y a ella le pegan y es imposible resistir y entonces tengo que decirle a Luis María que no estoy bien, que es la humedad, humedad entre esa nieve que no siento, que no siento y me está entrando por los zapatos.

25 de enero

Claro, vino Nora a verme y fue la escena. «M'hijita, la última vez que te pido que me acompañes al piano. Hicimos un papelón». Qué sabía yo de papelones, la acompañé como pude, me acuerdo que la oía con sordina. Votre âme est un paysage choisi... pero me veía las manos entre las teclas y parecía que tocaban bien, que acompañaban honestamente a Nora. Luis María también me miró las manos, el pobrecito, yo creo que era porque no se animaba a mirarme la cara. Debo ponerme tan rara.

Tendederos....Poemas de J.J.Hernández y J. Cortázar


                       Cafetín Literario.
Empleados de Comerdio, Corrientes 450, 1º Piso.
Miércoles desde 14hs.                        Libre y gratuito.





2 Poemas
                                 Juan José Hernández


Antes de la lluvia

A José Bianco

La espiral o corona
de insectos voladores,

el canto de las ranas
en las zanjas,

el pájaro que afloja
la tensión de sus alas,

el sopor de la gata
en la silla de hamaca,

y el aire empalagoso
con moscas obstinadas.

(Muy pronto las mujeres,
temerosas del rayo
cubrirán los espejos de la casa.)


Vuelo nupcial

Degradación de lo húmedo y pulposo,
la mancha azul, ribeteada de pecas
blanquecinas en un limón maduro.
No así la incorruptible levedad
de estos insectos del verano
en su vuelo nupcial llevados por el viento.
Miles de ellos –nube frenética
girando en torno a un farol callejero-
sucumbirán después de una tormenta:
sosegada basura entre las hojas secas.




Hablen, tienen tres minutos
Hablen, tiene tres minutos
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo
donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel
y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo
que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina,
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos, que nos demos
un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa. 

                          Julio Cortázar.



Día nacional del Libro

Cafetín Literario
Empleados de Comercio, Corrientes 450 1º Piso
Miércoles desde las 14hs. Libre y gratuito.
A cargo de Federico Vega- Susana Rozas.



"Uno no llega a ser quien es por lo que escribe, sino por lo que lee"
                                 J.L.Borges

 15 de junio: Día nacional del Libro....




Esta celebración comenzó en Argentina el 15 de junio de 1908 como "Fiesta del Libro". Ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declaró como oficial la "Fiesta del Libro". El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro" para la misma fecha, expresión que se mantiene actualmente.

Palabras


Palabras



Psicomaquia



  Alma+ batalla-----batalla del alma, lucha interna entre vicios y virtudes.

Ejemplo más  característico: Dr. Jeckyll y Mr. Hyde.








Críptico:

Kryptíco: oculto, bajo otra cosa. Lo toma del latín cryticus: subterráneo.

viernes, 6 de junio de 2014

Federico García Lorca.



Romance de la luna, luna

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

                                      
Federico García Lorca
5 de junio de 1989/18 de agosto de 1936.   Granada, España.

Tendedero 3

Cafetín Literario
Empleados de Comercio
Federico Vega----Susana Rozas


Frases de Eduardo Galeano


"El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua."

"Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres."

"Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana."

"La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo."

"La industria norteamericana de armamentos practica la lucha contra el terrorismo vendiendo armas a gobiernos terroristas, cuya única relación con los derechos humanos consiste en que hacen todo lo posible por aniquilarlo."

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar."

"La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo."

miércoles, 4 de junio de 2014

Tango.

Cafetín Literario
Empleados de Comercio.
Corrientes 450, 1º Piso. Miércoles desde 14hs. Gratis y abierto




                               Dónde hay un mango
Letra: Ivo Pelay  
Música: Francisco Canaro
                                     Año: 1933
Viejo Gómez, vos que estás
de manguero doctorao
y que un mango descubrís
aunque lo hayan enterrao,
definime, si podés,
esta contra que se ha dao,
que por más que me arremango
no descubro un mango
ni por equivocación;
que por más que la pateo
un peso no veo
en circulación.
¿Dónde hay un mango,
viejo Gómez?
Los han limpiao
con piedra pómez.
¿Dónde hay un mango
que yo lo he buscado
con lupa y linterna
y estoy afiebrado?
¿Dónde hay un mango
pa darle la cana
si es que se la deja dar?
¿Dónde hay un mango
que si no se entrega
lo podamos allanar?
¿Dónde hay un mango,                                                               Tita Merello.
que los financistas,
ni los periodistas,
ni perros ni gatos,
noticias ni datos
de su paradero
no me saben dar?
Viejo Gómez, vos que sos
el Viancarlos del gomán,
concretame, si sabés,
los billetes ¿dónde están?
Nadie sabe dar razón
y del seco hasta el bacán
todos, en plena palmera,
llevan la cartera
con cartel de defunción
y, jugando a las escondidas,
colman la medida
de la situación.

martes, 3 de junio de 2014

Palabras.

Cafetín Literario:

Miércoles desde las 14hs. Empleados de Comercio. Corrientes 450. 1º Piso.
Gratis y abierto.
Federico Vega- Susana Rozas.




Bochorno

1.     m. Aire caliente que se levanta en verano.
2.     Calor sofocante.
3.     Sofocación del rostro por el excesivo calor.
4.     Rubor causado por algo que ofende o avergüenza:

Canícula

·        f. Periodo del año en que el calor es más fuerte:

Bucólico:
La vida en el campo tiene múltiples particularidades. Resulta sencillo establecer diferencias entre el modo de vivir de los campesinos o pastores y de aquellos que residen en una ciudad. El entorno natural, el trabajo con la tierra y las labores con animales forman parte de un entorno campestre.


bucólico -ca  (del gr. boukolikós < boukolos, boyero)
adj. lit. Díc. del género de poesía o composición poética que canta la sencillez de la vida campestre. Teócrito es considerado su creador y Virgilio su máxima figura y modelo para los autores de la Edad Media.
adj.-s. poeta que lo cultiva.

Juego de palabras. Antonia Alba.



                                              Juegos de Cafetín
Estos juegos de palabras se usaron en el medioevo, por el clero, especialmente para ocultar, para economizar, o en textos pagamos. A principios del siglo XX, el surrealismo toma todo tipo de estrategias para desarrollar poemas, mensajes. Surge el “Cadáver exquisito”.
ANAGRAMA: significa Trasposición de las letras de una palabra o frase. Se han usado en juegos de palabras, acertijos y seudónimos (Yourcenar). Especialmente para ocultar un descubrimiento..
Anagramatista es el que se esconde.
Ej.: altisonancia- nacionalista
Armoniosamente- enamoramiento
Escalonamiento-ocasionalmente.
Enérgicamente- genéricamente.
Istmo de Panamá- Tío Sam me da pan.
Anagramas- a ganar más. Brasil-silbar     Roma-amor
Susana- saunas.
  • Hacer una lista de palabras que estén incluidas en su nombre completo (por experiencia, sé que hay de 35 para arriba) Nombres y apellidos.


ACRÓSTICO. Significa extremo de la línea. Se forman palabras con las letras iniciales, medias o finales de cada verso.
PALIMPSESTOS: grabado nuevamente. Pergamino que “de nuevo” se raspaba.

PALINDROMOS: otra vez de nuevo. El más conocido “Dábale arroz a la zorra el abad”; lo que llamamos vulgarmente capicúas, es decir, de izquierda a derecha se lee lo mismo.
 
 Somos o no somos
La ruta natural
Ana lleva al oso la avellana.
La moral claro mal.
Yo hago yoga hoy


 SATOR

AREPO                          Hallado por 1º vez en las ruinas de Pompeya.

TENET                               (un cuadrado mágico)

OPERA

ROTAS
“El sembrador dirige las ruedas del trabajo”.

Producción:
"Hoy el enano Tomio, sentado en lo alto de la roca reflexiona sobre su vida. "Los hombres altos", como los llama, lo discriminan por la estatura y por el ancho de su figura. Es  enano y gordo.
La estrechez de las  mentes de muchos, ignoran; se limitan a respirar el aire fresco de las alturas.
Éste, a veces, hiela el corazón.
Él seca las penas del alma sentado en lo alto de la roca.
Asume su pequeñez. Es feliz.
                                                     Antonia Alba.