viernes, 21 de noviembre de 2014

La cigarra y la hormiga del siglo XXI, de Marta Enrique. A veces pasa.

Cafetín Literario
Empleados de Comercio. Corrientes 450 1º piso



La cigarra y la hormiga siglo XXI

Vaya sorpresa, verla por aquí
mi amiga cigarra la hacía en París.
Sorpresa la mía, estimada amiga
fui por su cubículo y lo hallé vacío
me contó su tropa que estaba en Europa.

Ya estoy de regreso, hábleme de usted
estando en Europa la vi en TV
y los periodistas hablaban muy bien
que fue todo un éxito, cantando en francés.

Esa fue una imagen que yo fabriqué
sola y presionada ¡las que allí pasé!
vencí la bulimia y caí en el estrés.

Pero usted, hormiga, que mal se la ve
dando vuelta sola, sin su comité.

La tecnología no me sentó bien
doy vueltas y vueltas sin saber qué hacer
sin el analista no puedo vivir
y tomo pastillas para poder dormir.

No sea exagerada fue siempre ahorrativa
con lo que ha ganado vivirá tranquila.

¡Qué vida tranquila con chaucha y palito
si tengo dinero en el corralito!

No se me preocupe yo canto por dos
me voy a  plaza, la murga empezó.
Qué murga ni murga, bombos y palazos
eso que se escucha son cacerolazos.
Qué hacemos, amiga, sin fama ni comida
de vuelta en el pago, en pampa y la vía.

Unamos fuerza, tirando parejo
que juntas comadre podemos ir lejos
si yo dejo el canto, mato tradiciones
y siempre he luchado por mis convicciones.

Usted es obrera, tenaz y derecha
es justo disfrute, en paz su cosecha
súbase a mis alas, vamos a la cima
que nos vean juntas, cigarra y hormiga.

Usted ponga esfuerzo yo pondré la rima

gritemos bien fuerte ¡Somos Argentina!               Marta Enrique




A veces pasa

A veces pasa así
Que un sueño loco
Germine entre el dolor
Y la resaca.

Una partícula de amor
Que riega el llanto
Se abre a la vida
Y nos conmueve tanto.

La savia crece
Abriendo nuevas llagas
La sangre a borbotones acobardada
Quiere escapar y choca contra el muro
De la piel tosca ya gastada.

Y, el milagro de la vida grita,
En las manos, quemantes y alocadas,
Arde la brasa que quedó dormida
En un rescaldo de cenizas olvidadas.

A veces pasa así
Pero ya es tarde,
Por los años o la muerte apresurada
Que nos pone al borde del abismo
Sin saber si saltar o si esperarla.

A veces pasa así,
Pero qué importa,
Si el capullo apuntala una mañana
Y se abre en flor para aromar la vida
Y se instala en la luz de tu mirada.

A veces pasa así
Como en los cuentos
Aunque vuelva a resurgir el sufrimiento,
El milagro del amor valdrá el intento.

                                      Marta Enrique





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