Susana Rozas
BÉSAME…BÉSAME MUCHO….
COMO SI FUERA ESTA
NOCHE LA ÚLTIMA VEZ…
Es lo que él
me cantaba mientras sus labios me recorrían el cuello, bajaban por mis pechos y sus manos ansiosas
buscaban los lugares más íntimos de mi cuerpo.
No sabíamos
que profética sería esta canción mientras nos entregábamos totalmente el uno al
otro con arrebatadora pasión, hasta con furia, envueltos en el embriagador
perfume de las glicinas. Fuimos muy felices y teníamos ilusiones.
Esa noche
me quedé en la puerta de casa viendo como montaba su motocicleta y sonriente se
alejaba. Antes de perderlo de vista alcancé a divisar tres sombras que no sé de
donde salieron, se le fueron encima y lo derribaron. Sonaron dos estampidos y
desesperada, pidiendo auxilio, fui corriendo hasta llegar a él que yacía en la
calle. Con pedazos de mi vestido traté de frenar la sangre que manaba de su
cabeza, todavía había calor en su cuerpo, y allí tendida sobre él permanecí
hasta que llegó la ambulancia y la policía.
Lo demás
usted ya lo sabe, por eso comparto su enorme dolor, como el de todas las madres
que han pasado por lo mismo. Me sobrepongo y le digo, señora, que aunque usted
no me conoce, estoy muy cerca suyo y sepa que esa última y fatídica noche su
hijo fue muy feliz y que nos despedimos con cálidos besos y sonrisas esperando
vernos al día siguiente que nunca llegaría.
Héctor Rodríguez.
Bicicletas
viajan
Por todo
el mundo
Por Argentina
Sacan fotos
…a cada lugar que van
Bárbara
No hay comentarios:
Publicar un comentario